El Run-Run

No hay nada como darle un cargo a un inútil para que se dedique a pasearse todo el día con la murga.

por Jorge Cárcamo

Andamos atareados en nuestra ‘chabola’ como diría un preso sufriendo todos los días el ‘run-run’. Al principio no se nota, te piensas que es sonido ambiente. El aire acondicionado será, te dices, pero no es eso porque hace un calor que te rilas.

De repente caes en la cuenta, o te abren los ojos. Miras a tu alrededor y empiezas a ver que hay dos personas en cada mesa. El ‘machaca’ y el de la murga. El ‘machaca’ o ‘indio’ asintiendo con cara de, si me dices esto en la calle ya te había partido la boca y el de la murga con el ‘run-run’. Hay que acabarlo, hay que gestionarlo, ya tenía que estar…

Desde luego que en esta casa de putas conocida como ‘España’, no hay nada como darle un cargo, un carguito, a un inútil para que se dedique a pasearse todo el día con la murga. Y es que te los encuentras de todos los tipos: gordos, delgados, altos, enanos, vamos que no se salva nadie. Eso si, todos tienen un identificativo común. No tienen ni puta idea de nada. Ni falta que les hace.

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