Impactos en Navidad

En estos tiempos de solidaridad y conciliación lo mejor es darle una hostia al coche de atrás y darse a la huida.

por Jorge Cárcamo

Pues si. Soy adivino. Estaba yo en el aparcamiento del Alcampo buscando un sitio y de repente veo que sale un Renault 21 blanco. Un clásico. Por la forma de maniobrar pensé, es una tía; y no es que sea machista, pero al volante la estadística no miente y dice que el sexo femenino conduce ‘de otra forma’. Ni mejor ni peor. Efectivamente era una tía. Y siguiendo con mi adivinatoria me dije, Arturín, esa le va a dar un yoya al que tiene aparcado detrás. Dicho y hecho. Mete marcha atrás y le pega un meneo al coche aparcado a su espalda que se cisca la perra.

Mentiría si digo que me sorprendí al ver como la tía se daba a la huida, ignorando los fogonazos que le tiré yo con las largas de mi 406, pero así fue. Y ni corto ni perezoso me dije. A esta la jodo yo.

Cogí el cuaderno y el boli que llevaba de mis reuniones con el Gori en la finca y le dejé una nota al afectado en el limpiaparabrisas que decía: «Te ha dado una tía con un Renault 21 blanco. Esta es su matrícula…».

Viendo los daños supongo que al dueño del coche se la traerá un poco floja lo de mi nota y pasará de denunciar a la susodicha, pero debería, porque esta tibieza a la hora de hacer justicia es lo que ha hecho, y hace de este país la casa de putas en la que se ha convertido.

Lo que más gracia me hacía del asunto era ver la cara de la niña que iba sentada en el asiento de atrás, mirando a su madre entre sorprendida y compungida…

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