Archivos de marzo 2007

Servicio Médico (1ª Parte)

por Jorge Cárcamo

Lo de hoy es una historia común, que nos puede pasar a todos, pero que nos ha tocado a mi amigo Serafín Espino y a mí

Lo importante es la salud. Eso dicen. Pero parece que a alguno esto se la refanfinfla.

Lo de hoy es una historia común, que nos puede pasar a todos, pero que nos ha tocado a mi amigo Serafín Espino y a mí.

Espino tiene unas migrañas que te vas de vareta. Al tío se le nubla hasta la vista. Pues lo normal en estos casos es que vayas al servicio médico y te atiendan. Pero lo de hoy ha sido de aurora boreal.

Llegamos allá, él con migraña y yo con un herpes que me tiene acongojado. Nos recibe una torda después de llamar dos veces y nos dice que a qué venimos. A por dos cañas y una tapa de olivas, pienso yo, pero me callo, que si no son capaces de echarnos a patadas. Cuando le contamos nuestras dolencias nos dice que esperemos.

Diez minutos más tarde aparece una doctora y le dice a la fulana que tengamos paciencia, que va para media hora. Le digo a Espino que yo no espero y me las piro.

Y ahí le dejo esperando. A ver que le hacen…

Soterramientos en campaña

por Serafin Espino

Alguien dijo que hay dos ocasiones en las que el hombre miente por sistema: después de una cacería y en campaña electoral.

Hoy en día existen multitud de medicinas y demás engüentos que en un pispas te curan la gonorrea, la gripe, el dengue y la tisis. En las farmacias puedes encontrar hasta pastillas para no soñar, como bien dice el maestro J.Sabina.
Evidentemente las enfermedades no afectan por igual a todo el mundo, hay colectivos mas propensos a unas que a otras, como es lógico. Concretamente, existe una enfermedad que va asociada de forma inequívoca a un tipo de gente, esto es: la sinvergonzonería y la clase política patria. Es una enfermedad muy común, de hecho afecta al 99% y hay claros síntomas de padecerla en un fururo en el 1% restante.

Básicamente, este mal del siglo XXI se manifiesta a diario, pero hay un periodo en el que se recrudece, un periodo en el que la plebe sufre como nunca debido a esta plaga: la campaña electoral.

Alguien dijo que hay dos ocasiones en las que el hombre miente por sistema: después de una cacería y en campaña electoral. Pero no sólo es la mentira sino la forma en que este mal hace que nuestros nobles políticos nos quieran vender en 1 mes todo lo bueno que han hecho en los pasados cuatro años, de hecho, es en ese mes de campaña cuando se acuerdan que hay gente con problemas, gente marginada, y que existe una cosa que lleva peña debajo de ellos a currar llamada metro.

Hay veces que uno se pregunta donde esta la moral de esta gente. Despues de meditar solo se llega a una conclusión clara: soterrada.

Islas ¿afortunadas? (II)

por Jorge Cárcamo

Un viaje allí siempre deja anécdotas de todo tipo. La mía no es nada del otro mundo (si ya has estado allí, por supuesto, que si eso lo ve un sueco o un noruego, se les caen los palos del sombrajo)

Por la boca muere el pez. O, para una vez que me remango se me ve el culo. El caso es que dos semanas después de hablar de Canarias y sus habitantes me toca verles el careto.

Un viaje allí siempre deja anécdotas de todo tipo. La mía no es nada del otro mundo (si ya has estado allí, por supuesto, que si eso lo ve un sueco o un noruego, se les caen los palos del sombrajo).

Me disponía a disfrutar de una comida con mis primas en su casa en las afueras de La Laguna. Aire puro, el Teide de fondo, y una carretera comarcal en las que cada dia estrellan su asqueroso gesto unos cuantos aspirantes a Fernando Alonso que frecuentan el taller de ‘tunning’ de unos kilómetros más abajo.

Hacía una semana que uno de estos sujetos había estrellado su Opel Kaddet Full Equipe contra un poste de teléfonos, que cayó sobre la tapia de la casa de mis desafortunados familiares. Sin teléfono llevaban desde entonces, pero no hay prisa. Que para eso está el móvil.

Cuando se decidieron los ‘currelas’ de la ‘timofónica’ de allí a meterle mano al poste y llevar el cable a su sitio original (considerando que la carretera no es muy apropiada para que un cable se pasee por ella siete dias), surgió una situación sólo visible en aquella zona (seran las emanaciones de azufre que los alela…?)

Uno de los ‘chispas’ vuelve de comer (con vino, seguro) y deja el coche en la entrada de la casa de mis familiares. Mi prima le solicita amablemente al tipejo que aparte su asqueroso automóvil de la entrada que si no, no puede entrar ni salir nadie. El tio se niega y mi prima acciona la puerta comprobando que no abre porque el fulano ha apoyado el coche contra ésta. El intento de apertura de la puerta le deja al tío de regalo un arañazo en el parachoques (mataburros, que dicen algunos allí) de su infecto vehículo.

En un lugar normal, esto se habría saldado con un poco de vocerío y aquí no ha pasado nada. Pero en medio del Atlántico tiran de código civil, penal y lo que haga falta y el tío exige que le demos los datos del seguro de hogar, que hay que arreglarle el coche. Se oyen las carcajadas desde Taganana y el tío se va vociferando y diciendo que llamemos a la policía y le avisemos con lo que nos digan.

Creo que sigue allí, esperando.