Flequillos al viento
por Jorge Cárcamo
Los Borjas que les llaman algunos o BorjaMaris en versión larga. Se ven de vez en cuando, en la puerta de alguna discoteca de moda…
19 febrero 2008 | General | Sin comentarios
No se si me producen más asco o risión esos fulanos de flequillo ladeado y polo de marca. Los Borjas que les llaman algunos o BorjaMaris en versión larga. Se ven de vez en cuando, en la puerta de alguna discoteca de moda, los viernes a eso de las 5 de la tarde, que hay que aprovechar el tiempo.
Siempre he tenido curiosidad por saber qué se les pasa por su afelpada cabeza. La mayoría de los que he conocido, ya desde su tierna infancia sienten cierta simpatía por regímenes fascistas, desconociendo que si hubiesen nacido hace unos años, dichos regímenes les habrían cortado el pelo, y las alas. También la mayoría de estos pollos desconoce los más elementales preceptos de educación básica, lo cual choca, ya que sus padres pagan un pastizal por los colegios a los que van.
Lo del pastizal se puede extrapolar a todo lo que les rodea, ya que generalmente su ropa vale más que el alquiler de un mes de un currito por no hablar del nefasto dia en el que obtienen el carné de conducir y sus papis les obsequian con un flamante ataúd con ruedas.
Lo más sorprendente de esta recua, sin embargo, es que cuando acaban sus carreras y empiezan a trabajar, se convierten en poco tiempo en nuestros jefes, gerentes y directivos, por los que parece no pasar el tiempo, ya que siguen siendo iguales que cuando tenían 13 años.
Por suerte, no se suelen ver, salvo en contadas ocasiones. Supongo que de vez en cuando alguien abre las puertas de ‘La Moraleja’ y dejan que esta gentuza salga a juntarse un poco con el vulgo. Para que no se acostumbren a lo bueno y para que el resto de mortales disfrute de sus asquerosas caras.
A ver si hay suerte y el próximo día se atasca la puerta…