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San Valentín que te rilas

por Jorge Cárcamo

… estas fechas en las que se celebra algo que nadie sabe muy bien qué es, pero que obliga a comprar cualquier excremento con forma de corazón para regalarselo a la parienta o al pariente …

Tengo ante mí un anuncio de Interflora que dice «Los chocolates engordan. Envíale flores». Y acaba con un «Feliz San Valentín», típico de estas fechas en las que se celebra algo que nadie sabe muy bien qué es, pero que obliga a comprar cualquier excremento con forma de corazón para regalarselo a la parienta o al pariente.

Según la wikipedia, que es la versión actual de «La Enciclopedia» de los ilustrados, «la fiesta se introdujo en España a mediados del siglo XX, con el motivo de incentivar la compra de regalos …». Vamos que nos lo están diciendo claro. Esto se lo inventó algún listo para sacarnos la tela y nosotros vamos y picamos. En Japón, cuna de las tradiciones absurdas y el machismo exacerbado (además de algunas modalidades sexuales que se cisca la perra), lo dejan aún más claro, ya que fue la empresa chocolates Morozoff en 1936 quien «instauró» la fiesta.

Me da la sensación de que esta fiesta, como tantas otras (Papá Noel, Halloween…), la hemos adoptado de los estadounidenses, a pesar de no ser originariamente suyas. Pero eso de que son la primera potencia mundial tira mucho. Esperemos que siga así la cosa, ya que, si China finalmente se consolida como referente económico mundial y empieza a exportar tradiciones, me veo eligiendo entre un mastín perdiguero y un caniche para cenar el día del año nuevo (por el mes de junio, creo).

Du yu espik Inglis?

por Augusto Urdemalas

Ya veo que hablas un ingles fluido, pero parece que te burlas de los demás. Déjalo para cuando tengas que hablar con un usuario o con un cliente o incluso con un camarero cuando le quieras pedirle una «beer».

Si hay algo que realmente me revienta, son esos individuos que presumen de hablar ingles y que cada dos por tres te sueltan sus palabritas en un ingles con un acento exagerado. Ya veo que hablas un ingles fluido, pero parece que te burlas de los demás. Déjalo para cuando tengas que hablar con un usuario o con un cliente o incluso con un camarero cuando le quieras pedirle una «beer».

Igual no se dan cuanta o lo hacen adrede, el soltar al aire sus palabritas para que todo el mundo vea que control del idioma, “ingles” tienen; a veces incluso solo se saben cuatro palabras más pero las meten dentro de sus conversaciones como pequeñas coletillas o incisos que a mí en particular me resbalan.

Muchas de esas personas cuando llega el momento de la verdad, es decir, cuando llega el momento de hablar en ingles se ginchan la perra, es decir, válgame la redundancia se cagan. Se les olvidan todas sus “palabritas” en ese ingles coloquial que tanto usan a destiempo, a mi parecer.

De ahí me opinión a la hora de ponerte a meter unos vocablos no castellanos dentro de una conversación en España y con españoles; de los cuales, tú no sabes si te van a entender esa chispa anglosajona. Tal vez algunos piensen que tras esta reflexión hay mucha envidia del dominio de la lengua inglesa, y no lo niego; pero solo digo que cada conversación y cada idioma tiene su lugar y su momento.

Sobredosis de tonteria

por Jorge Cárcamo

Asomaba entonces una mujer de unos 35 años diciendo que ella lo veía bien. Que si le dan marihuana a un enfermo de cáncer, qué mal le puede hacer a ella.

El viernes estrenaron una joya: SOS Adolescentes. Después de Ciudadano Kane y Casablanca, lo mejor que se ha emitido nunca por la tele. Pero no quiero hablar del programa, sino de una escena que vi en el reportaje que emitieron previamente. Iba de jovenes, botellón, motos robadas… lo clásico en nuestros jóvenes, vaya.

El susodicho reportaje se daba una vuelta por lo más granado de los púberes (y pre-púberes) de nuestra geografía. Desde el Pais Vasco (los más asentados, la verdad) hasta la Costa del Sol. Entre los diversos grupos de jovenzuelos a los que se entrevistaba destacaba uno por encima de todos. Chavales de 8 a 18 años aficionados al motor y al chocolate. Vamos, como dicen por allí, ‘la crema’. Uno de ellos decía que si abría un libro se mareaba. Chúpate esa.

Mientras se fumaban unos ‘chuflos’ la entrevistadora les preguntaba lo típico, que si no serían muy jovenes y eso hacia mucha pupa, que si tal, que si pascual. Entre la maraña de chavales se asomaba entonces una mujer de unos 35 años diciendo que ella lo veía bien. Que si le dan marihuana a un enfermo de cáncer, qué mal le puede hacer a ella.

No hay debate en torno a la legalización de las drogas en las que no aparezca un fulano listo y analítico que te rilas, con más títulos que la Duquesa de Alba, diciendo que la legalización si, pero para fines medicinales, no lúdicos. Lo más curioso es que si ves estos debates en el bar, siempre hay alguno que le da la razón al sabio, asintiendo mientras se acaba la copa de ‘Terry’.

No smoking

por Serafin Espino

No hay cosa que mas me reviente que estar comiendo y que en la mesa de al lado un tio (o tía, que últimamente es más habitual) empiece a lanzarme mierda en forma de apestoso humo

No soy muy amigo de las leyes populistas. Ese tipo de leyes que normalmente hacen que la opinión pública se encrespe y que para lo único que valen es para aumentar la crispación y para que los miserables políticos que gobiernan la nave (tanto de uno como de otro lado) se cuelguen medallas y ,como buitres, arañen lo único que les importa, el voto fácil.

Sin embargo, hoy voy a hacer una excepción. Hay una ley que bendita sea la hora en la que se gestó. Se trata de una ley populista como la que más, además de ser extremadamente hipócrita. Se trata de la tan traida Ley Antitabaco, que no anti-fumadores.

No hay cosa que mas me reviente que estar comiendo y que en la mesa de al lado un tio (o tía, que últimamente es más habitual) empiece a lanzarme mierda en forma de apestoso humo. Probablemente si un fulano se toma un lingotazo de coñac del bueno sea más perjudicial para su organismo que si se fuma un piti, pero en el primer caso no jode tambien a todo ser viviente a x metros a la redonda.

Eso si, a partir de ahora, el efecto de esa mierda se notará menos, siempre y cuando se respete la ley, que eso es otra historia. Otra historia en la que los jerifaltes ideólogos de la misma no se meten y le dejan la toalla a los sufridos encargados del bar de turno, que se ven obligados a decirle al parroquiano que en su bar no se fuma, a lo que el fulano contesta que entonces en su bar tampoco se bebe, de ahi que la mayoría de los garitos del país sigan siendo como pequeñas factorías de cancer de pulmón. De ahí la mala aplicación de la ley.

Pero como decía al principio, este tipo de leyes lo que buscan es populismo y enrrabietamiento del personal. Conmigo lo han logrado. El tema del tabaco me enciende que te rilas.

Dale vida a tu clítoris

por Serafin Espino

Antes de llegar al bar pasamos por un quiosco de estos modernos que tiene más periódicos, libros y revistas que la biblioteca de Santibañez.

Las visitas en la sobremesa al «coffee Elkes» (este pajares es un poco lila y en lugar de Café Elkes, va y lo llama Coffe, para darse tono y tal) son la mar de interesantes. Ya utilicé una de ellas para escribir sobre las erizas y sus gargajos. Hoy vamos a hablar del quiosco.

Antes de llegar al bar pasamos por un quiosco de estos modernos que tiene más periódicos, libros y revistas que la biblioteca de Santibañez. Los periódicos son los de siempre, el Marca, el País, el Mundo…lo normal. Pero las revistas ya es otro cuento, concretamente las que estan dedicadas al público preferiblemente femenino y en la edad del pavo, cuanto más pavo mejor.

Loka «Hoy, dale vida a tu clítoris». No se si las adolescentes prematuras, asiduas consumidoras de esta bazofia de papel cuché  sabrán donde está y que es dicha parte de la anatomía femenina, lo que si se es que tienen que darle vida. Importa un cojón de pato que no sepan donde nace el Duero o quien ganó la batalla de las Navas de Tolosa, con tal de su clítoris tenga vida, claro.

Dentro de unos años, estas jovenzuelas seguramente daran sentido a la palabra putón verbenero, y su clítoris estará rebosante de vida. Lástima que nadie se hay ocupado de darle vida a su cerebro.